domingo, abril 30, 2017

Mis Bragas Rojas.

Ésta es la historia de Philip y de por qué mis bragas acabaron en algún lugar cerca de la frontera con Portugal.
Philip fue mi primer sumiso y uno de los mejores hasta la fecha, sin duda. Apareció de rebote cuando yo empezaba a flirtear con el Femdom, sorprendida aún por ese despertar dominante que me hacía mojar las bragas cada vez que oía "Sí Señora".
Me daba 100 vueltas, yo buscando información en San Google y él con sus 25 añitos y más vicio y experiencias entre pecho y espalda de las que podía imaginar.
Masoquista, bisexual, fetichista de pies, de zapatos, adorador y adulador profesional. Le gustaba obedecer a las mujeres decía. Su lista de parafilias era amplia. Ahora me impresiona su capacidad de adaptación pero por aquel entonces le llamaba cariñosamente "el pirado". Para una Dómina recién nacida era desbordante.
Desde luego demasiado para mí en ese momento, pero se coló. Sabía cómo tratar a una Ama. Como si se hubiese licenciado en la Universidad de la Sumisión con honores me fue llevando en volandas hasta dejarme suavemente por encima del bien y del mal. Allá donde nos gusta estar y donde desean vernos nuestros sumisos. 
Y más de una vez había intentado librarme de él, no me apetecía empezar con alguien tan experimentado y vicioso. Un día, aprovechando que tuvo un pequeño fallo le dije que lo descartaba. Lo que sucedió a continuación fue una sucesión de fotos de huevos retorcidos y polla amoratada que me pusieron los pelos de punta.
- Por favor Señora, no volverá a pasar. Me he castigado yo, me he apretado muy fuerte. Por favor, me ha dolido mucho...
Joder! Yo andaba buscando un trío normalito y me encuentro con ésto. Su insistencia me ponía y me asustaba a la vez. Yo estaba verde, pero qué cojones. Me lo quedé.
Afortunadamente vivía lejos y pude aprovechar su falta de disponibilidad para ir haciendo mis pinitos: Dani, Marcelo, Carlos...
Y mientras yo experimentaba, él me iba contando sus deseos, que había soñado conmigo, que quería estar bajo mi tacón, que quería ser mi putita, servirme vestido de mujer, maquillado y con peluca. Ese era su  mayor sueño, convertirse en mi Sissy.
A mí eso me sonaba a chino pero cuando vi su foto, con esa cara de niña, esos ojos tan grandes llenos de pestañas empecé a imaginarlo y empezó a divertirme la idea.
En un arrebato de generosidad le dije que le iba a regalar unas bragas rojas de puta el primer día que nos viéramos.
Se puso como loco, venga a mandarme fotos:
- Como éstas Señora? O como éstas? Algo así Señora?
Sí claro, de puta putona pero a ver dónde conseguía yo unas bragas rojas sexys para un tío de dos metros...
Bueno, me puse manos a la obra. Allá donde iba buscaba tallas grandes, pero en rojo sexy nada. Como si las grandes mujeres no tuvieran derecho a ser putas. Manda huevos.
Al final desistí, pero en nuestra primera cita deslicé mi mano dentro del bolsillo de su abultado pantalón y le dije al oído:
- Te regalo las mías. Ya conseguiré unas para ti.
Era pomposo en la justa medida, le daba la solemnidad requerida a cada acto. A mí me encantaba. Me dió las gracias entre suspiros, negando con la cabeza, como si fuera demasiado para él.
Ese día se pajeó para mí, masajeó mis piernas y se llevó mis bragas.
Por la noche me comunicó que no le cabían. Pues claro animal! Cómo te van a caber! Te he dicho que ya te conseguiré unas.
Siguieron días de mucha excitación, de deseos cumplidos, de fantasías hechas realidad, de labios pintados de rojo, de dobles penetraciones...
Y un día Philip se enfrió.
Yo, que aún no entendía la idiosincrasia de su naturaleza, me descoloqué bastante, le castigué, le zarandeé, intenté sujetarle mientras él seguía el protocolo, pero en frío. Eso no era lo que yo quería. Y entonces le liberé.
Le dejé ir sin rencor y se fue en silencio, sin molestar, como hacen los caballeros.
Más tarde entendí que Philip era un aventurero, necesitaba emociones fuertes, experimentar y exprimir al máximo su sexualidad. Philip es un puto vicioso que aprovecha cada momento. Y en ese momento, en el que se pone a tu disposición se entrega como nadie y lo da todo. Mientras dura el momento es el mejor.  Y como tal empecé a valorarle con el tiempo.
Hace unas semanas me acordé de él.
Le saludé con precaución pues hacía mucho tiempo que no contactaba.
- Hola, eres Philip?
- Sí, y tú?
- Una vez fui tu Dueña.
- Señoraaaaaaaaaaaaaaa!!! Cómo va todo?
- Bien, quiero un perro.
- Qué buena noticia!
Nos pusimos un poco al día, me reenvió mi foto en un alarde de romanticismo muy suyo, la prueba fehaciente de que la había guardado. La foto con las medias blancas, tumbada boca abajo en la cama de un hotel esperándole. La foto de la primera vez que me lo follé.
- Tengo muchas ganas de verla, estos días me he acordado de Usted, de su voz, de su poder, de su belleza... Cómo está su marido? Tiene mucha suerte con Usted.
Sin duda seguía siendo el mismo zalamero embustero de siempre. Pero lejos de molestarme me divirtió. Un papel es un papel, y sabía interpretarlo a la perfección. Y durante ese tiempo, en el que él se iba a convertir en mi perro, yo interpretaría a su Diosa. No necesitaba más, no quería más. Un oasis de vicio entre tanta tontería.
- Podré lamerle esos zapatos?
Yo tenía en el perfil del wasap los zapatos con tachuelas.
- De acuerdo.
- Me meterá el tacón por el culo?
- Si te portas bien (ni de coña).
Ya estaba con sus cosas. El tacón de aguja por el culo... que peligro. Pero ese era Philip, siempre se quedaba con ganas de más, cualquier cosa le parecía ligth aunque nunca se quejara. Philip no se rompe, me sigue dando 100 vueltas y eso, lejos de asustarme, ahora me da paz. Me preguntó qué esperaba de él. Su respuesta siempre la misma, sin problema, estoy abierto a todo Señora. Y por fin le lancé la daga envenenada.
- Quiero que me traigas mis bragas rojas.
- No las tengo Señora :(
- A quien se las has dado?
- Las tiré. luego le cuento.
- Bien. Cuando vienes?
- El sábado?
- Sí.

Llegó el sábado y apareció con su enorme cuerpo, con unos kilos de más y la misma cara de niña guapa.
El último año había sido duro, me dijo. Por lo visto le había dado por comer, digo yo.
Nos sentamos los tres en el salón con una copa de cava, contándonos con algo de recelo qué habíamos hecho este tiempo. La curiosidad me mataba.
- Qué pasó con mis bragas?
- Pues tenía una competición en Portugal. Iba en coche con los compañeros del gimnasio.  Siempre las llevaba en la mochila y antes de llegar a la frontera recordé que una vez nos revisaron el coche, maletas y mochilas incluidos. Me asusté, no sabía cómo explicar qué hacían unas bragas rojas ahí. Las tiré en una papelera de la gasolinera...
- Joder Philip...!
- Señora... le juro que tenía lágrimas en los ojos cuando las tiré, para mí eran muy importantes...

Jodido zalamero...
Me recosté un poco en sofá. Levanté el pie derecho y se lo acerqué a la boca. Inmediatamente lo cogió con las dos manos como si fuera un preciado tesoro y comenzó a lamer la punta del zapato. 
- No jures tanto.- Le dije mientras le oprimía la entrepierna con el pie izquierdo y le clavaba el tacón.
Paró de lamer un momento y me miró a los ojos.
- Ya estoy duro Señora.
- Lo sé.

No te preocupes tengo para todos. COMPARTEME. ¡Gracias!

12 comentarios:

  1. Puffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff

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    1. Vale, eso era todo lo que me salía decir, pero ya se me ha pasado la impresión. Cardíaco me he puesto Señora.
      Ahora que tengo el pulso normal puedo decir que no me extraña nada, 25 años y experimentado es la mejor combinación, o al menos la será hasta el año que viene, cuando 26 y experimentado sea la mejor combinación.
      Ni se imagina lo reflejado que me he visto en casi todo lo que ha dicho de él. Y bueno también me ha dado la envidia sana esa que dicen que motiva a querer hacerlo mejor, impresionar más y comerlo mejor.

      Me ha alegrado la tarde.

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    2. Mi dulce pirado tiene una de las cabezas mejor amuebladas que he visto en el mundillo. Joven, experimentado, vicioso y noble. Una combinación muy rara y atrayente para mí. Y ahora un generador de envidia y motivación XD.
      Besos

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  2. Casi novela negra, escurridizas bragas rojas, papeleras de frontera, siempre buscando nuestra ídem....

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    1. La vida siempre puede superar a la ficción más rocambolesca. Solo hay que dejarla correr y comérsela.
      Saludos

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  3. BRUTAL increíble de verdad jajajaj para un chico como yo qnunca hizo nada de nada, esto me pareció increíble... q envidia vv

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  4. Otra historia espectacular. Siempre deseando saber más de esta increíble ama.

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    1. Gracias, hay que ver lo que dan de sí unas bragas de los chinos XD.
      Saludos jovenrubio...

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  5. Cada día más perversa y salida... Me encanta...

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