The Hole

Hace algo más de año asistí a uno de los espectáculos más reveladores a nivel mundial. The Hole 2, el teatro Olympia de Valencia estaba lleno, aunque es posible que sólo mi acompañante y yo viéramos la obra. 

Era su cumpleaños y le regalé las entradas y mi compañía. La verdad es que no sabía muy bien de qué iba el tema, una obra de teatro... picante? Cabaret moderno? Un musical transgresor? Ni idea. 

Y a partir de aquí voy a destripar bastante la obra que ahora se llama hacer spoiler, así que estás avisado. 

La primera impresión me provocó la típica reacción de "Ostia, donde me he metido".  En cuanto entramos en el Hall del teatro salieron dos señoritas vestidas únicamente con bragas y sujetador, mascando chicle exageradamente y exageradamente una se recolocaba las tetas en el sujetador manoseándose sin ningún pudor y exageradamente también. Las artistas aunque estaban muy en forma eran muy naturales, sin siliconas y con sus caderas redondas llenas de sensualidad. Cosa que las mujeres reales agradecemos porque estamos un poco agobiadas de tanta perfección publicitaria (por lo que me han dicho a los hombres también les gustan las curvas bien puestas). Eran unas de las encargadas de acomodar a algunos afortunados espectadores. Nosotros tuvimos la otra suerte, en vez de las dos putillas nos tocó un señor rubio con ramalazo gay , vestido de negro , pantalón y camiseta con las típicas letras en blanco, “Staff”, pero con un tocado de plumas rosa de medio metro de alto. Este particular acomodador cogía a los caballeros de la entrepierna para llevarles a su sitio. Mi acompañante que además era mi marido decidió desde el primer momento integrarse en la obra ofreciéndole el paquete sin tapujos para que nos guiara a la butaca, a mí me costó un poquito más.

A los pocos segundos de estar sentados un roce en la nuca  hizo que me girara, era otro actor, el "Gato". Con un cuerpo perfectamente musculado y tatuado y una cara de vicioso que no se podía aguantar, vestía solamente un taparrabos de cuero con rabo y unas orejitas en la cabeza. Estaba acosando un poco a la joven pareja de la fila de atrás, les miraba fijamente muy serio, les arrimaba el paquete y ellos reían y miraban para otro lado apartando el bulto con la mano como si desearan que al abrir los ojos ya no estuviera ahí. Su culo tropezaba con mi cabeza. 

Y yo en ese momento seguía pensando " O sea... dónde me he metido (ostia)". 

En el escenario el monólogo de un  mariquitamala amenizaba más si cabe la entrada de espectadores, con mucha gracia y no menos mala leche y su americana de lentejuelas. Era un ambiente de circo antiguo que llegaba a un pueblo matado en medio de la nada a revolucionar las cabezas, con mucha magia y muchísimo libertinaje. 

Pero bueno, empieza, o mejor dicho continua el espectáculo. A partir del inicio oficial se sucedieron una serie de números dignos del Circo del Sol, monólogos desternillantes, cuerpos desnudos y mensajes de libertad y buen rollito. La interacción con el público era continua. La rifa de una paleta de jamón acabo con 6 personas desnudándose en el escenario (algunos desnudos integrales). Yo ahí ya estaba luchando en mi interior con las ganas de salir y darlo todo y el recato estúpido que tenemos incrustado por la educación impuesta. Y mientras miraba mi boleto repasaba mentalmente las cuestiones que nos preocupan a las chicas en esos momentos,  por si llegaba el caso:

-Voy bien depilada?

-Llevo la ropa interior bonita?

-Me sale el vestido por la cabeza o lo puedo dejar caer al suelo?

Afortunadamente (o no) mi número no fue premiado y el espectáculo continuaba.

Vivir la vida, tocarse, ser feliz y follar mucho. Ese fue el mensaje entre actuación y actuación. Y la gente totalmente entregada a las soflamas que se lanzaban desde el escenario aplaudía. Lo aplaudían todo, cuanto más animal era la propuesta más aplaudían. Tocarse mucho, divertirse, que locura no? 

Se respiraba libertad. Por un módico precio unas 300 personas tuvieron 2 horas y media de libertad. 

Al terminar, las típicas fotos con los actores no eran tan típicas, no dejaban lugar a dudas del ambiente que habían conseguido. La magia del teatro había hecho efecto.

Pero cuando echan el telón, cuando al final de la peli sale “The End”, cuando se acaba la canción de Sabina… Es muy triste ver cómo la gente olvida los discursos que con tanto fervor aplaudía y vuelve a su gris existencia, a quejarse de los políticos, del jefe, de la mujer, del marido, del amante. A pagar las hipotecas, a hundirse en sus problemas, a amargarse la vida o peor aún, a joderle la vida a quien tienen más a mano. No sé dónde están las otras 298 personas que aplaudían con tanto convencimiento, un 20 de marzo de 2015. Es posible que jodiendo a alguien.

Y yo he decidido negarme, es una decisión personal. Estar por encima de la mierda es algo en lo que hay que trabajar día a día, pero tiene una enorme recompensa. Porque nadie te puede joder si tú no le dejas y tú no tienes por qué joder a nadie.

Y tú? Tú me vas a joder también?

Anda… No me jodas y vamos a tocarnos.