Grandes Amas: Cleopatra

Nueva sección con etiqueta "Putas Reinas" en la que voy a analizar de forma totalmente subjetiva la vida de las grandes Amas de la historia, de la literatura y la de alguna Gran Ama anónima de mi entorno.
Se me ocurren muchas, muchísimas, no solían llevar látigos pero algunas llegaron a someter a los hombres más poderosos del planeta. Como lo hicieron? Seguramente alguna técnica sexual exótica  (que sabe Dios cómo aprendieron) ayudó, pero fue más su fuerte personalidad y su porte a lo "estoy por encima del bien y del mal" lo que sin duda descolocó a sus amantes.
Y si hay que empezar por una esa es Cleopatra.
Si hay algo que destacar de esta Reina oriental era su inteligencia, su capacidad para los idiomas (9), su pasión por el saber científico y por la cultura griega. Porque su belleza más que dudosa era escasa.

Esto no le hizo renunciar al cuidado de su cuerpo y su aspecto físico, gran aficionada a los cosméticos y a vestirse como una deidad , planificaba cada una de sus apariciones impactando al más escéptico.
En esa época era tan común el fraticidio como el incesto y a los 18 años la casaron con su hermano de 10 que no tardó en expulsarla de Alejandría bajo amenaza de muerte. Cleopatra tuvo que huir a Siria y organizar su propio ejército para ir a cargarse al pequeño cabrón.
Y en esas estaba cuando Julio César apareció en Alejandría para estrechar lazos con su hermanito. Cleopatra acudió de incógnito, tanto incógnito que incluso en el último tramo se enrolló en una alfombra para poder llegar a la presencia del César y convencerle de que la apoyara. Y vaya si le convenció.
Ella tenía 21 años y el 52, un hombre que no era de grandes excesos en comida y bebida pero que se follaba todo lo que se movía, fuera hombre, mujer o quien sabe. Pero algo pasó que no solo la apoyó, si no que se cargó al hermano, le regaló el trono, le hizo un hijo y se la llevó a Roma. Se dice que incluso iba a legalizar la poligamia (ya que estaba casado) para legitimar su unión con Cleopatra y nombrar heredero al hijo de ambos, pero se lo cargaron antes.
Esto fue un gran inconveniente para Cleopatra que tuvo que salir por patas de Roma y regresar a su tierra.
Y fue unos años más tarde, cuando Marco Antonio fue a pedirle explicaciones por no haber mandado unos barcos a batalla cuando Cleopatra por fin  mostró la gran Ama que llevaba dentro.
Lejos de presentarse en plan conciliador y sumiso acudió en una barcaza con la proa forrada de oro, con remos de plata, vestida como la diosa Isis. Ahí empezó la transformación del militar romano en servidor de la reina.
Numerosas anécdotas cuentan cómo entre banquetes y fiestas Cleopatra aprovechaba cualquier ocasión para humillar gracilmente a Marco Antonio y ganarle públicamente cada apuesta o reto al que se enfrentaban. Él, como estaba encoñado, lejos de enfadarse se enamoraba más. Decía Plutarco

  "no estaba en posesión de sus facultades, parecía estar bajo los efectos de una droga o brujería. Estaba siempre pensando en ella, en vez de pensar en vencer a sus enemigos"

Incluso cuando todo se desmadró tuvo la frialdad de empujarle a una muerte digna. Marco Antonio había estado suplicando a su enemigo un indulto para Cleopatra, ella por su parte intentó negociar la libertad de Marco Antonio e intentó seducir a Octavio pero no le salió bien, a veces pasa. Se dice que la culpa fue de la nariz pero la verdad es que Octavio estaba ya muy endemoniado y mal follado. Su intención era llevárselos encadenados a Roma y después de mostrar a la puta al pueblo ejecutarles públicamente. Cleopatra para evitar esta humillación planeo su suicidio y forzó el de Marco Antonio creando con esto el mito.
Para forzarle a suicidarse dignamente no tuvo más que hacerle llegar el rumor de que ella había muerto, noticia que le dio el valor suficiente para clavarse la daga que le daría muerte.
Una vez Cleopatra aceptó que tampoco podría salvar a sus hijos (aunque pudo poner a salvo a Cesarión en Arabia, por poco tiempo me temo). Se vistió como la Diosa que era y junto con dos sirvientas se acercó la cobra al pecho y murió como había vivido. Con dos cojones.