martes, agosto 01, 2017

Historias de verano: El efecto dominó

Me desperté temprano a pesar de ser domingo. Con el Sol, es mi hora. Él dormía profundamente junto a mí, vestía solamente un pantalón corto de pijama. Yo estaba en bragas y sujetador de camiseta, estaba todo abierto pero cualquier ropa sobraba. Aunque a esas horas entraba fresco por la ventana llevábamos unos días que... joder que calor! Me dediqué simplemente a mirarle, cuando lo hago, por algún poder telepático se despierta en breve. Su erección mañanera era visible a través del pantalón y medio en sueños se rascaba y tocaba de vez en cuando. No tardaría en despertar.
Entonces algo me apartó de mi ensimismamiento.
Por la ventana además del fresco entraban ciertos sonidos rítmicos y guturales. Era el vecino de abajo. Me sorprendió, llevaba casi un año en la casa y aún no había oído follar a nadie. Ni a los de al lado con los que compartía pared del dormitorio ni a otros. Estaba segura de que el aislamiento de las paredes no era el culpable porque al de abajo, al de la puerta 6, le había oído roncar como si no hubiera un mañana. En invierno mucho, y en verano ni te cuento.
Me sorprendió y me agradó.
-Uh, uh, uh, uh...! .- Decía.
Me hacía gracia. Fíjate por donde el rancio y doña perfecta aún tenían tiempo y ganas de follar un domingo por la mañana temprano. En ese momento la oí a ella, se había acompasado al ritmo que marcaba su marido y ahora gemían a dúo.
-Ah, ah, ah, ah...!.- Su voz era aguda, bastante escandalosa. Era reconfortante saber que la gente follaba aunque fuera muy de vez en cuando, ya les podía mirar a los ojos sin sentirme un bicho raro.
Comencé a excitarme cuando subieron el ritmo, el cabrón aguantaba bastante, ella gritaba un poquito más alto y más espaciado. Deslicé mi mano debajo de las bragas, acariciándome mientras miraba a mi marido y pensaba "no te lo vas a creer, la gente folla! Tú que decías que la gente no folla una mierda..."
Por la intensidad me la imaginaba a cuatro patas, despeinada y con cara de puta , él empeñando fuerte, haciendo vibrar el culo gordo de ella en plan gelatina con cada embestida. No eran cuerpos 10, eran personas normales, lo cual le daba un morbo añadido a este porno casero del que disfrutaba en solo audio.
Me entretuve con mi clítoris, mojándolo con un poco de saliva primero y con mis propios fluidos después. Me metía el dedo bien dentro para empaparlo, primero uno, al poco necesité dos. A continuación me acariciaba con mis dedos lubricados, sin prisa, pringando todo el coño por fuera. Cuando se secaba volvía a por más, ambas partes me resultaban placenteras, empapar y restregar. Cerraba los ojos y escuchaba sus voces frenéticas y primarias. Ella gritó dos o tres veces bien alto. Se corría la puta con contracciones bestiales, cayendo desplomada en la cama con el culo en pompa esperando a que él terminara y le llenara el coño de leche. El cabrón no tardó en acelerar el ritmo y correrse también, ella en silencio recibiendo la corrida, él a grito pelado soltándola. Vaya par de escandalosos, últimamente solo me follaba cabrones silenciosos y oír a un tío gritón y desatado me puso muy perra, jamás hubiera dicho que los estirados estos se corrían en plan animal.
Decidí dejar mi paja a medias y esperar a que se despertase mi esclavo más amado. Al poco rato, en cuanto lo hizo le conté la noticia.
- Por aquí -dije señalando la ventana- estaban follando.
- Ah sí?
- Sí sí, pero bien, gritos y todo. Creo que es el de los ronquidos.
- Mu bien.- Se fue al baño a asearse y tomar una ducha.
Entonces los oí de nuevo. Hoy debía ser su día loco, debían estar sin niños o de aniversario. Volvían  a estar follando. Ella se había venido arriba en su nueva faceta de guarra y lo había empalmado con una buena mamada, había que aprovechar que su marido estaba envalentonado y gracias a Dios no se había dormido inmediatamente después de correrse. Ahora, después de comérsela y ponérsela bien dura le había montado y le cabalgaba frenénicamente. Su hermoso y abundante culo subía y bajaba, sus tetas le rozaban la cara y él incorporaba la cabeza para alcanzar con su lengua a chupar los pezones, uno y otro. Lo estaban dando todo, como tiene que ser. Entonces me di cuenta de algo que me chirrió como la aguja de un tocadiscos al quitar el vinilo a lo bestia. El "ah, ah, ah, ah..." agudo ahora era un "aaaaah, aaaaaah , aaaaaah..." grave. No eran ellos. Debían ser los del segundo que se habían animado como yo, al oir el espectáculo.
Vaya vaya, la casa se estaba convirtiendo en Sodoma y Gomorra.
Estos también eran escandalosos, parecían competir en un concurso llamado "A ver quien lo hace mejor" y el gemidómetro era el aparato que medía la intensidad del polvo que estaban echando.
Al poco rato salió mi marido del baño.
Yo estaba ilusionada como una niña que sale del circo.
- Los has oído, los has oído? Estos eran otros!!!
- Sí.
Su cara ya mostraba ese gesto de cabrón que está pensándose si te va a follar por el coño o por el culo, sabía que no tardaría en entrar en la competición, quien podría resistirse a una mañana de sexo en grupo a distancia?
Cerró la puerta de la habitación y echó el pestillo.
- A cuatro patas.
Yo sonreí pícara, me encantaba que sobraran las palabras entre nosotros.
- Sin preliminares ni nada?- Estaba empapada pero nunca he podido resistirme a tocar un poco las narices.
- Sin preliminares ni ostias. Te voy a follar el coño y después el culo.
(Amén)
Me incorporé de un salto y me acerqué de rodillas, dispuesta a empalmarle con unas caricias mientras le morreaba.
- A cuatro patas, quiero empalmarme en el coño.
El cabrón estaba en plan dominante, cuando se pone así hay que dejarle. Dejarle y disfrutar.
Aún no me había colocado para recibir su polla cuando volví a oir a los del tercero.
- Uh, uh, uh, uh...
- Ah, ah, ah, ah...
La competición se ponía interesante, se habían picado.
Enseguida pude notar la polla entrando a medio empalmar y en tres embestidas dura como una piedra.
Los de abajo seguían con sus gritos.
- Me pone oirla gritar.
- A esa se la están follado dos.- Decía mi marido.
- Más quisiera ella.- Dije yo. No me gustaba la posibilidad de no ser la más guarra de la finca, que cojones, me lo había ganado a pulso.

Estaba tan excitada que me corrí en un minuto, me tapé la boca con la mano para que no me oyeran porque...  me pareció más elegante no entrar a puntuar en el gemidómetro con los vecinos, te pueden estar follando como a una puta sin perder la soberbia. Y siguiendo su plan, mi esclavo más amado sacó su polla del coño aún palpitante para meter la puntita poquito a poco en mi culo. En unos segundos lo tuve bien dilatado (aún recuerdo cuánto le costó follármelo, pero esa es otra historia). Empezó a empeñar con furia mientras yo me pajeaba el coño, metiéndome los dedos y recordando algún que otro día, en el que tenía una enorme polla negra en el coño y la suya en el culo (pero eso también es otra historia). Pensé que me faltaba un perrito tumbado, comiéndome el coño para que yo no tuviera que mover un dedo, pensé que podían haber subido los del tercero, que le podía comer la verga al vecino, mientras le dejaba la pollita de mi perro a la vecina para que jugara con ella.
Me arrancó un segundo orgasmo, me lo arrancó él y se lo dediqué a mi negro, al cabrón de abajo, a mi perro y a la guarra. Y cuando me notó cansada y saciada sacó su polla y se pajeó hasta correrse en mi espalda arqueada.
Al poco desayunamos como unos campeones, era una buena forma de empezar el domingo, los vecinos siguieron follando toda la mañana. "Esta gente no respeta el descanso ni nada!" Ya me mosqueaba esta pasión inusitada y repentina, como tuviéramos que competir así a diario me iba a poner en forma. Hasta que me di cuenta de varios detalles que hicieron que todo encajara con una triste lógica aplastante.
El tendedero protegido, las persianas bajadas, las ventanas cerradas...  Parece ser que alguien había entrado de incógnito y se había dado un homenaje con a saber quien. En cualquier caso los amantes habían animado el patio de luces de esta mi comunidad, llenando, sin querer, los dormitorios ajenos de lujuria y diversión.
Moraleja: Si dejáis las llaves a alguien para que os riegue las plantas no olvidéis cambiar las sábanas a la vuelta de las vacaciones.
Si es que en todos los sitios cuecen habas.


No te preocupes tengo para todos. COMPARTEME. ¡Gracias!

10 comentarios:

  1. Jajajajaja. Soberbio como siempren, y encima con moraleja final.

    Y mientras lo leia mis vecinos follando....

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  2. Jo que relato mas intenso XD.

    A mi me encanta gritar también.
    Es mas intenso el orgasmo.

    Pero lo vuestro ya es locura.
    Ya te digo. Que locura de comunidad.

    Gracias por compartir tan morboso.

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    1. Solo hay que agudizar el oído, forzar los ojos, inhalar profundo y aparece el morbo hasta con el vecino de los ronquidos.
      Saludos

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  3. Qué dura me la ha puesto, y qué paja ha caído a su salud. Un día seré ese perrito lamedor tumbado bajo usted... ya lo verá

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  4. ¿pero donde vives, en Villa Follestrina???

    besos con respeto,

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    1. Que va, ha sido un hecho puntual... Ahora todo en calma.

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  5. Lástima que ya no vives en G...
    Un saludo.

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