Grandes Amas : Katy Perry

Qué difícil es educar.

La educación de perritos es similar a educar niños. Hay que guiarles, enseñarles el bien, el mal, la ley natural de causa/consecuencia, etc... Pero hay dos diferencias abismales.

Un perro juega según mis normas y le moldeo según mis gustos, porque así es el juego y así lo ha acatado. A un niño hay que ayudarle a moldearse a sí mismo, según sus gustos y preferencias. Le acompañas, le guías, pero sin correa ni imposiciones.

Un perro tiene un número limitado de oportunidades, una, dos, tres... según mi humor o según el encoñamiento que me genere le daré una más o una menos...

Un hijo tiene infinitas oportunidades, no hay ticket de devolución. Ahí si que te dejas los cuernos, la vida y el alma si hace falta.

Y cuando tienes una hija de nueve años que quiere ser cantante tienes dos opciones, hacerte fan de Katy Perry o tirarte por el balcón. Así que además de clases de canto y coro tenemos a Katy hasta en la sopa.

Enseguida me he ido aficionando a la artista.

-Uy! Esa me gusta!

-Uy! Esa también pero no sabía que era de ella.

-Uy!

-Uy!

No se... habrá que acompañarla un poco en su rollo.

Pero en esta era de lo visual descubro que mi hija en lugar de cantar e imitar los gorgoritos y giros de voz de su cantante favorita, se dedica a ver los vídeos y a imitar sus movimientos, deslumbrada por la purpurina de sus ojos.

Así que en un intento de mostrarle a la nena el camino para conseguir metas me pongo a investigar un poco quien es Katy Perry, con la esperanza de no encontrarme con que la ha fichado una discográfica porque necesitaban una Milli Vanilli femenina.

Y... Alabado sea Dios!

Katy creció en una familia peculiar, sus padres son pastores evangelistas. Su madre era especialmente castrante respecto a la forma de vida que quería que llevara su hija. Con esa radicalidad que imponen a sus hijos los que han cometido fallos e imprudencias en sus propias existencias. Por lo que entre otras cosas no se le permitía escuchar ni cantar música que no fuera religiosa. Katy empezó cantando en el coro de la iglesia. Primero por copiar a su hermana y después porque descubrió su pasión. Como Dios aprieta pero no ahoga se marchó de casa a los 17 años para poder desarrollar su carrera fuera de ese asfixiante ambiente y estuvo dando tumbos, firmando contratos con discográficas que no le daban para el alquiler, grabando discos que no salieron a la luz y pasando penurias. Un precio que todo artista que se precie asume tiene que pagar . Como si el Universo los pusiera a prueba, para que sea su determinación la que les lleve al éxito y no un vídeo viral haciendo el tonto en youtube.

La determinación, el trabajo y la vocación a veces no son suficientes, pero un golpe de suerte y que Madonna suelte en unas declaraciones que su canción favorita es "Ur so Gay", unido a  su siguiente single, cuyo contenido lésbico es curioso que escandalice en estos tiempos, catapultaron a esta cantante hacia la fama y lejos de bajar siguiendo el tiro parabólico de la catapulta se quedó desde entonces en lo más alto.

A mí me gusta. Me gusta como canta y compone, me gusta el desparpajo que muestra en los vídeos, su vena cómica, la cara de guarra que pone en ellos, la de ingenua, su vestuario, cómo se ríe de los estereotipos, cómo se ríe de ella misma y sobre todo me gusta cómo se ríe de los y las que caen rendidos ante sus tetas de silicona y sus pelucas moradas. Cómo ha utilizado su físico y su personaje de chica sexy para salirse con la suya y triunfar en lo que es realmente buena, y que no es otra cosa que cantar, componer e interpretar.

Por eso, después de explicarle a mi hija cómo Katy había llegado a lo más alto y el esfuerzo, tiempo empleado, los pasos, el trabajo, los años de preparación y las veces que se había levantado después de fracasar, le dije que buscara en Google "Katy Perry sin maquillar".

La niña quedó decepcionada. Una chica normal tirando a feíta era su ídolo.

También le aconsejé ver algún making off de los vídeos.

-Qué? Qué dicen sus compañeros? Que es muy guapa?

-No... Que es la que más trabaja...

Las cosas, las grandes, no son gratis. Porque cualquier choni de barrio puede operarse las tetas y ponerse purpurina en la piel. Pero Katy Perry solo hay una.

ROAR

Solía morderme la lengua y aguantar la respiración,

asustada de balancear el barco y causar un desastre,

así me sentaba callada, educadamente, estaba de acuerdo,

supongo que me olvidé de que podía elegir,

dejé que me empujaras más alla

de mi "línea de flotación" (breaking point),

me mantenía en pie por nada, así que todo me hacía caer.

Me tirabas para abajo, pero yo me levanté (crecí, subí)

habiéndome sacudido ya el polvo,

oyes mi voz, oyes ese sonido,

como un trueno, voy a hacer temblar el suelo (que pisas).

Me tirabas para abajo, pero yo me levanté,

prepárate, porque ya he tenido suficiente,

lo entiendo todo, ahora lo entiendo (lo veo).

Tengo la mirada del tigre,

el fuego, bailando a través del fuego,

porque yo soy una campeona,

y tú vas a oírme rugir,

más alto, más alto que un león,

porque yo soy una campeona,

y tú vas a oírme rugir, oh,

vas a oírme rugir.

Ahora, estoy flotando como una mariposa,

punzante como una abeja, me gané mis rayas,

partí desde cero, hasta (ser) mi propio héroe.

Me tirabas para abajo, pero yo me levanté,

habiéndome sacudido ya el polvo,

oyes mi voz, oyes ese sonido,

como un trueno, voy a hacer temblar el suelo (que pisas).

Me tirabas para abajo, pero yo me levanté,

prepárate, porque ya he tenido suficiente,

lo entiendo todo, ahora lo entiendo.

Tengo la mirada del tigre,

el fuego, bailando a través del fuego,

porque yo soy una campeona,

y tú vas a oírme rugir,

más alto, más alto que un león,

porque yo soy una campeona,

y tú vas a oírme rugir, oh,

vas a oírme rugir, oh,

vas a oírme rugir.